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Beneficios de la miel para el sistema inmune

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Sobre todo en estos tiempos que nos toca vivir, la preocupación por nuestro sistema inmunológico se ha hecho quizá más relevante de lo que ya lo era. Pandemias como la del Covid-19 nos hacen replantearnos y concienciarnos sobre las herramientas naturales que posee nuestro cuerpo para combatir en este caso un coronavirus y si serían efectivas o se pueden potenciar por si nos hicieran falta.

Para ello, muchos son los remedios milagrosos que han aparecido ante la histeria colectiva que ha provocado esta nueva y desconocida situación, pero la mayoría de ellos no están abalados por estudios científicos que acrediten su efectividad. Pero bueno, la ciencia no lo sabe todo y la naturaleza del ser humano le hace aferrarse a una especie de amuletos para situaciones de emergencia que le hagan, al menos, creer que así estará más protegido. Pero vayamos por partes.

¿Qué es el sistema inmune?

El sistema inmune es una red de elementos y conjunto de procesos biológicos que nuestro cuerpo utiliza para defenderse de agresiones externas o mal funcionamiento interno que puedan hacer peligrar su equilibrio. Y aunque es muy complejo y extenso, formado por diferentes estructuras como órganos, tejidos y células, nombraremos a algunos soldados de este ejército que llevamos literalmente dentro de nosotros.

  • Linfocitos T. Maduran en el Timo y los encontraremos en tejidos y órganos.
  • Linfocitos B. Forman parte de la inmunidad específica (existe otra innata o inespecífica) y son muy importantes porque sin ellos no se podrían fabricar anticuerpos.
  • Células agresoras naturales (NK). Por cierto, “NK” viene de “natural killers”… ¡ahí es nada!
  • Fagocitos. que tienen la propiedad de capturar y digerir partículas (especialmente microbios) mediante el proceso de la fagocitosis.

Factores que afectan al sistema inmune

  • Mala alimentación. El mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo constante de todas las vitaminas y minerales necesarios. Las personas mal alimentadas presentan un mayor riesgo de contraer infecciones. Reducir la ingesta de grasas también es importante para mantenerlo a punto.
  • Cambios climáticos. En las distintas épocas del año cambia la composición relativa de las células inmunes en la sangre y del tejido adiposo e incluso la vitamina D se metaboliza diferente dependiendo de la estación en la que nos encontremos.
  • Contacto con otras personas. En un mundo tan globalizado, los individuos estamos en constante contacto con otros iguales y a la vez, también expuestos a los agentes infecciosos que algunos de ellos puedan portar. Por eso debemos tener nuestro sistema inmunitario en plenas condiciones.
  • Contaminación. la contaminación ambiental modifica sustancialmente la función inmune y agrava los síntomas del asma. Un factor que puede alterar las defensas es la exposición mantenida a un aire contaminado, pues altera la reactividad celular y humoral del organismo.
  • Edad o etapas de la vida. Con el paso del tiempo se producen cambios en el sistema inmunitario, como por ejemplo una respuesta más lenta ante una amenaza. Una capacidad de sanar más ralentizada o puede presentarse una enfermedad autoinmune. Para prevenir esto, entre otras medidas, haced ejercicio moderado, no fuméis, no bebáis mucho alcohol e ingerid alimentos saludables, como nuestra querida miel, por ejemplo.
  • El estrés. El estrés activa el sistema nervioso y este a su vez influye sobre el sistema inmune a través de la producción de hormonas y neurotransmisores.
  • Estado de ánimo. Al igual que el estrés, la falta de afecto y el desánimo afectan al sistema inmune, a través de la alteración de hormonas, y son un factor de predisposición a enfermedades infecciosas.
  • Tabaco o alcohol. Muchos de los componentes del tabaco se sabe que actúan como agentes favorecedores de la inflamación e inmunodepresores. La nicotina afecta a la actividad fagocitaria y a los neutrófilos empeorando su capacidad de combatir patógenos.
  • Deporte. Ya hemos nombrado que el ejercicio moderado ayuda a mantener nuestro sistema inmune a tope. Ayuda a las vías respiratorias, regula el estrés y aumenta la temperatura corporal ayudando al cuerpo a combatir la proliferación bacteriana así parecido a como lo hace la fiebre. Pero si nos pasamos puede ser contraproducente. Un exceso de actividad física puede debilitar nuestras defensas debido al estrés al que sometemos a nuestro cuerpo. Debemos hacer un deporte saludable.
  • Sueño. Durante el sueño, el sistema inmune produce citoquinas, que nos ayudan a dormir bien y realizan una función protectora si sufrimos alguna inflamación. La falta de sueño puede producir un descenso de glóbulos blancos.

La miel y el sistema inmune

La miel ha sido empleada desde tiempos inmemoriales en la medicina tradicional y considerada todo un superalimento, antes incluso de que estuviese acuñado este término tan en boga.

Para comenzar, señalaremos las propiedades antifúngicas, bactericidas y antimicrobianas de este alimento. Eso quiere decir que combate los hongos o impide su aparición y proliferación, además de combatir las bacterias y microbios.

Existen evidencias de que la miel es un efectivo antitusígeno, lo que la convierte en un complemento apropiado para combatir catarros, resfriados, laringitis o enfermedades como el asma y la bronquitis. Ayuda a reducir los efectos de las alergias y como ya hemos nombrado es capaz de eliminar bacterias que provocan infecciones.

Se ha comprobado que la miel, impulsa la formación de glóbulos rojos ya que posee ácido fólico, contribuyendo también a incrementar la producción de anticuerpos.

Al ser un alimento prebiótico, aumenta la flora bacteriana intestinal ayudando a crear una barrera que impide el desarrollo de otros tipos de bacterias que podrían producir infecciones e inhibe el desarrollo de algunos virus. También es buena ante las úlceras y la inflamación intestinal.

La miel también es expectorante debido a su capacidad antimicrobiana, suaviza la garganta y alivia las molestias de las vías respiratorias. También baja la fiebre.

Como podemos comprobar, la miel constituye un alimento que tomado con regularidad y sin excedernos nos ayudará a que nuestro escudo inmunológico se encuentre en perfectas condiciones para hacer frente a cualquier enemigo inesperado. Aquí os dejamos nuestros tipos de miel, solo tenéis que leer sus propiedades y elegir las que mejor se adecúen a vuestras necesidades. O si lo preferís, también unos complementos muy interesantes para ayudar a vuestras defensas.

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